2024 #1: Donde se enseñará a ser feliz y otros escritos – Clarice Lispector

«Pero en el momento de decir adiós a la Ciudad sabrán por fin que realmente se les daba tanto a cambio de algo. Brasil, América, el Mundo necesitan niños felices. Ellas ríen. Creen. Aman. Las jovenes sabrán, entonces, que se espera de ellas que cumplan con el serio deber de ser felices.»

Donde se enseñará a ser feliz.

Clarice Lispector es una de las escritoras más importantes de la literatura latinoamericana del siglo XX. Quizá invisible a causa de no haber sido incluida dentro del fenómeno editorial «Boom Latinoamericano» (como el resto de mujeres autoras), la importancia de su pluma brilla por encima de todo, es una mujer que persiste por la magia de su «no-estilo» entre las estanterías de muchos lectores; en todo caso, yo conocí a Clarice durante 2022, un año decisivo en mi vida. En aquel momento yo era un estudiante de Literatura, y, a pesar de conocerla de nombre, nunca había leído algo suyo. Adentrarme en su mundo, porque fue medio año en el que consumí mucha de su bibliografía, resultó en un golpe en el estómago que me dejó sin aliento: ¿que era aquello? ¿cómo es posible que alguien pueda escribir de esta forma? Volví a tener una sensación ya olvidada como lector, esta mujer, ochenta años más vieja que yo, que vivió en otro contexto, otro mundo, me hablaba a mí, conectaba su corazón con el mío. De esa forma quedé obsesionado con ella. Clarice Lispector se convirtió en mi escritora favorita.

Quise terminar 2023 con algo suyo, y, al tiempo, comenzar el nuevo año a su lado. Poder dedicarle tiempo, otra vez, a algo que fuera más allá de los cuentos sueltos que escuchaba camino al trabajo para calmar los nervios. Donde se enseñará a ser feliz y otros escritos podría considerarse una curiosidad. Se trata de un compilado de textos de Lispectos, un par de cuentos por aquí, crónicas por allá, algún ensayo, conversaciones, opiniones y entrevistas. Múltiples facetas que, junto a unos textos introductorios, nos permiten conocer otras facetas de Clarice más allá de la novelista o cuentista.

«Señor, cóncedeme la gracia de pecar. […] Esta vela que he sido, encendida en Tu nombre, ha estado siempre encendida en la luz y no he visto nada. […] Tu violento cielo:»

La pecadora quemada y los ángeles armoniosos.

Así como dice la presentación de este libro, «Clarice Lispector siempre reconoció el fragmento, la anotación dispersa, el fondo de cajón como parte esencial e indisociable de su producción literaria», no solo a causa de su proceso literario, que conoceremos sobre todo en la entrevista que corresponde a la parte final del libro, sino que conforme vemos estos retazos literarios de diversas éatapas de la vida de la autora es posible acercarse más al humano, alejarse un poco de la figura mítica de la escritora. O, por lo menos, acomapañarla, metafóricamente, en ese camino serpenteante que la transformó en lo que fue, por lo que la conocemos. Y he de confesar que eso fue lo que más disfruté de esta lectura, porque pude volver a acercarme a textos como «El triunfo», «Cartas a Hermengardo» o «El huevo y la gallina» (a pesar de que nunca he sido capaz de apreciarlo en su totalidad), pero también descubrí la maravilla de las crónicas tempranas «Donde se enseñará a ser feliz» y «Una visita a la casa de los expósitos».

Así como ya se ha mencionado en otros medios, Clarice, a diferencia de otros autores, es. En el primer relato publicado, «El triunfo», o «Cerca del corazón salvaje» se ve a la misma Clarice de «La pasión según G. H.», por ejemplo y, claro, matizando debidamente esta afirmación. El caso es que se nos permite apreciar esto aquí. Están presentes sus tópicos habituales, tales como la instrospección, su característico flujo de conciencia o el fracaso del lenguaje, pero también la constante pregunta por la vida, la búsqueda de la esperanza junto a la transformación interior, la forma en la que las pasiones se manifiestan por medio de las transgresiones, un profundo amor humano y el poder sobrenatural que ofrecen las cosas más esenciales como que «me parece completamente mágico el hecho de que una oscura y seca simiente contenga en sí una planta verde brillante». De la misma forma, este libro es heterogéneo en tanto a que el estilo de escritura, esa forma tan particular de sintaxis que maneja las composiciones lispectorianas, ya que tenemos la posibilidad de leer su pluma más compleja, como la más profunda (aunque casi siempre van de la mano), así como la sencilla o conmovedora.

Sin embargo, lo que yo más valoré de esta lectura fue conocer y reconocer a Clarice en cada página. Precisamente era ello lo que más necesitaba, volver a ella, no solo a lo que su literatura me hace sentir, sino como puedo interactuar con su propia humanidad. Por ejemplo, gocé tanto «Conversaciones con P.» al ser recopilaciones de charlas que tenía con sus hijos, es decir, disfrutar eso tan íntimo, que no fue pensado para el mundo, entre otras cosas. Aquello me pareció invaluable y, como es usual, todo este libro dejó mi ser renovado, si se quiere.

«—Mamá, estoy triste.

— ¿Por qué?

—Porque es de noche y te quiero.»

Conversaciones con P.

El duque y yo (Los Bridgerton, 1/8)

Todos parecían divertirse en aquel baile que reunía a lo más selecto de la sociedad londinense. Todos, excepto ellos dos. Daphne, una hermosa joven agobiada por su madre, y Simon, el huraño nuevo duque de Hastings, tenían el mismo problema: la continua presión para que encontraran pareja. Al conocerse, se les ocurrió el plan perfecto: fingir un compromiso que los liberara de más agobios. Pero no sería sencillo, ya que el hermano de Daphne, amigo de Simon, no es fácil de engañar, ni tampoco lo son las avezadas damas de la alta sociedad. Aunque lo que complicará de verdad las cosas será la aparición de un elemento que no estaba previsto en este juego a dos bandas: el amor. (Extraído de: http://www.titania.org/es-es/catalogo/catalogos/ficha-tecnica.html?id=500000435)

Los Bridgerton son una saga de romántica histórica (sí, de esos que tienen parejas semidesnudas en las portadas). Si bien desde su publicación, que comenzó hace veintiún años, fueron novelas bastante populares, con una fanbase muy sólida, no fue sino hasta que tío Netflix, gracias a Dios, decidió adaptar la saga en formato de serie (una excelente adaptación). Bueno, ahora, tras dos décadas, los libros están teniendo un boom gigante, tanto, que me costó un huevo conseguir los nueve libros, que por cierto, fueron reeditados por ediciones Urano con unas bonitas portadas dibujadas. Pero bueno, es impresionante ver como ciertas obras resurgen con tanto esplendor como los Bridgerton, que parecen ser de lo mejorcito del género junto con Lisa Kleypas. En lo personal me atrajo por el anuncio de la serie, por allí en octubre del año pasado, en general porque lo vendían como «el lado más sexy de la regencia», solo me quedé con la palabra regencia, así que, por probar, compré los dos primeros libros. Creo que con ya saber que tengo la saga entera se sobreentiende que opino de los libros… Pero hay que ser justos, si tengo algunas cosas que mencionar.

Cuadro de Daphne, Eloise y Francesca Bridgerton. De la serie de Netflix.

La novela comenzó conmigo con una buena premisa. Allá por los albores de la década de 1780, el duque de Hastings cumple su mayor sueño: tener un heredero, tras años de intentos fallidos. La buena noticia, tiene un hijo varón, ¿la mala? Bueno, su esposa murió en el parto, ¿y la muy, muy mala? Que su hijo, llamado Simon Basset, es tartamudo. El duque decide desconocerlo, porque según él, los Basset tienen que ser perfectos para así honrar el ducado que les dio la corona… Bueno, algo así, el punto es que esto, naturalmente, produce mucho rencor en nuestro protagonista masculino, quién, tras intentar agradar a su padre con numerosos e infructuosos intentos, es rechazado de una forma bastante cruel. A pesar de haber logrado dominar su tartamudez, el duque le recuerda a Simon que para él, el niño es una decepción, por lo cual, Simon decide ser una vergüenza para el nombre de la familia.

Tras tres libros leídos de la saga, me doy cuenta que Julia Quinn hace uso de los prólogos para introducir la problemática principal de la novela. No sé si esto es un problema, viéndolo por el lado de que ella no parece ser capaz de entretejerlo entre el argumento principal, o sí agradecer que sea tan conciso que la lectura se vuelve un paseo muy sencillo. Una de las ventajas que tiene El duque y yo, es que el estilo es muy básico: simplemente se usan dos perspectivas (Simon y Daphne) y un lenguaje de discurso indirecto libre. El vocabulario no es difícil, porque el libro, por más de que se venda como una novela histórica, no tiene dichas pretensiones. Sí, nos quiere contar una historia que transcurre en 1813, pero obvia los hechos históricos, olvida, por ejemplo, las guerras napoleónicas. Solo se le da importancia a la historia de amor. Julia Quinn se desliga por completo de los autores que preceden esa época, tan solo mencionándolos fugazmente o haciendo referencias superficiales. Una de ellas, y la más importante, tanto por el género, como por la época en la que se desarrolla, es Jane Austen. He visto por ahí que se considera una ofensa compararlas, pero es que no hay punto de comparación. La Quinn parafrasea un poco a Orgullo y Prejuicio, o pone a sus personajes a leerla, pero nada más allá, porque esto no es costumbrismo, como Jane sí lo es, o, aunque ambas manejan comedia, es muy distinta entre sí. Eso lo aplaudo, porque quitarse el peso de un autor de encima es muy difícil, por la ansiedad de muchos autores y autoras de emular a los grandes de la literatura. Julia Quinn es humilde en ese aspecto, sabe que nunca podrá conseguir eso, coge por un camino marcado por ella misma. Eso es precisamente lo que la hace tan deliciosa de leer, que uno se quede horas pegado a uno de sus libros, porque uno no está leyendo a la imitadora de Austen o Georgette Heyer, sino a Julia Quinn siendo ella misma.

Simon (Regé Jean-Page) y Daphne (Phoebe Dynevor) en la serie de Netflix.

En cuestión de personajes, la autora es muy parca. La novela muy introductoria, solo dando nombres y personalidades algo desdibujadas. Claro, menos Daphne y Simon, ellos son los que importan aquí. Yo pensaba que los secundarios serían telón de fondo hasta que les tocara su propio libro, pero no, poco a poco uno los va conociendo, eso está bien. Pero bueno, volviendo a la historia de los dos muchachos, es importante mencionar que Simon le ha hecho una promesa a su padre: no se casará, ni tendrá hijos, su venganza es dejar que el ducado de Hastings se extinga, claro, hasta que conoce a Daphne, porque, JAJAJAJAJA, esto es una novela romántica; esto funciona como conflicto porque, a pesar de que ambos se están enamorando, él tiene que ser fiel a su promesa y sus traumas; Daphne, por el otro lado, me agradó en un principio, porque es una mujer que se sale de los clichés del género. Si bien ella desea un poco de independencia, es más en el sentido de que no quiere que la agobien los hombres y los matrimonios, pero sí se quiere casar, y sobre todo, quiere ser madre. No es común ver una protagonista femenina en una obra de romántica histórica que quiere cumplir su rol en la sociedad. Me gusta porque es como un fresco entre tanto cliché.

Eventualmente tendrán que casarse, mediando el escándalo para lograr esto, porque sí, esta saga de libros es erótica. Me da un poco de repelús saber que tendré que leer escenas calientes con personajes que, ahora, son menores, pero cuando toque, estarán en sus veintes, no lo sé, es como raro. Pero bueno, la sexualidad es importante en el libro, por dos razones, y una no es buena, pero me iré por la primera: el nudo de la obra funciona mediante la falta de educación sexual de Daphne, y como ella es engañada por Simon cuando el no deja que ella quede embarazada. El problema, es que cuando ella se entera, VIOLA A SIMON. Va y se aprovecha que el tipo está ebrio, y cuando él le dice que no, ella sigue. Para mí, eso arruinó a Daphne, porque ella en todo el libro argumenta que con el amor que ella le tiene a Simon, él puede superar sus traumas, pero hija, como puedes ser tan hipócrita. No, no, no, todo mal, todo mal con eso, y solo eso tengo que decir. Simon me cayó muy bien, no es casi machista (digo casi, porque igual este es un género literario que depende mucho de los roles de género), es divertido y ciertamente muy resiliente a fin de cuentas, es un amor de hombre, PERO QUE DIABLOS CON DAPHNE. Simon la perdonó, pero yo no puedo perdonarla.

Mi principal queja es esa, porque realmente a mi no me importa la falta de rigor histórico o la estructura que tiene de película romántica de los años 2000, porque en sí mismos son buenos. Los espacios, el esplendor y lujo que Julia Quinn aprovecha por la clase social de los personajes, todo es genial. Yo le daría cuatro de cinco puntos, por el tema de la violación, que después de consultarlo con la almohada, me puso muy bravo. AAAAAUNQUE, sí está recomendado, tiene sus ventajas si se lee sin esperar una obra maestra. El romance es muy dulce y bello, tanto, a fin de cuentas, que uno se pone a suspirar para que ellos terminen siendo felices. Léanlo, y recemos para que Julia Quinn reciba clases de CONSENTIMIENTO.

La Edad de la Inocencia – Edith Wharton

_visd_0000JPG014N5Título Original: The Age of the Innocence.

Autora: Edith Wharton (Estados Unidos)

Número de Páginas: 302 págs.

Formato: Tapa blanda con solapas.

Editorial: Planeta (La imagen de la portada no es la edición que yo leí).

Argumento (extraído de:https://www.planetadelibros.com/): 

Al amable mundo de convenciones sociales estrictas en el que se mueve, aparentemente sin roces ni contrariedades, la alta sociedad de Nueva York de finales del siglo pasado, regresa de Europa la inquietante condesa Olenska. Independiente, osada, «diferente», Ellen involucrará muy pronto en su misterio a su joven primo Newland Archer y perturbará sin poder evitarlo el encanto de una vida social que ignora de manera voluntaria su inminente fin.En el fondo de esta extraordinaria historia de una gran pasión subyace el conflicto entre dos mundos : el de las viejas familias « patricias» norteamericanas y el de los nuevos ricos, quienes, al terminar la novela, se han apoderado ya de las costumbres y de los espíritus.

Tras la desgarradora delicia que fue la lectura de «La Casa de la Alegría» supe que quería seguir leyendo a esta autora, me encantó su estilo de escritura y los temas que trataba, la forma en que lo hacía, sin contar con esa fabulosa manera en la que construye personajes. Como «La Edad de la Inocencia» es su obra más conocida me la compré en una de las pocas ediciones que se pueden conseguir en mi país.

Decidí hablar de la autora en la reseña de este libro y no en «La Casa de la Alegría» porque esta es su novela más conocida. 

Edith Wharton nació el 24 de enero de 1862, en Nueva York, y muere el 11 de agosto Imagen-de-Edith-Wharton.de 1937 en Francia. Fue una novelista y cuentista de la alta sociedad neoyorquina, donde se desarrollan los relatos que escribía; bisexual y adelantada a su época, Edith Wharton vivió un infeliz matrimonio del que se liberaría en 1913 gracias al divorcio, suceso que quizá marcó algunas de sus obras donde relata infidelidades conyugales. En todo caso, su vida escritural fue muy prolífica, escribiendo más de veinte novelas en las que destacan: «La Casa de la Alegría» (1905), «La Edad de la Inocencia»(1920, ganadora de un premio Pulitzer), «Ethan Frome» (1913) y «La Solterona» (1921), sin contar algunas antologías y crónicas de viajes. 

Su pluma está marcada por una fuerte crítica social a la comunidad en que ella vivía, llena de personajes conscientes de su situación pero incapaces de hacer algo al respecto.

«Newland Archer se consideraba claramente superior a aquellos especímenes escogidos de la aristocracia neoyorquina; probablemente había leído más, pensado más e incluso visto considerablemente más mundo que cualquier otro hombre de aquel grupo.» (p. 15)

Me gustaría comenzar a hablar sobre la forma en la que Edith Wharton escribe esta novela: han pasado quince años desde que escribió «La Casa de la Alegría», es 90c9758f3737f851d9f1e3e9ef864530--innocence-movie-victorian-paintingsevidente que va a haber un cambio en su estilo, y esta vez es muy notorio: en la novela que anteriormente había leído noté que si bien ella daba descripciones estas eran un tanto vagas y daba mucho a la imaginación, pero en esta nueva lectura todo se vuelve en extremo minucioso (aunque tengo la teoría de que, al ser una novela que retrató muy bien la sociedad americana decimonona, y por eso ganó el premio Pulitzer.). Describiría la lectura de este libro, al menos durante la primera mitad, como un delicioso pasaje por una casa museo, observando con regocijo cada detalle. Sería así, siempre, si no fuera porque tuve la desdicha de leer un ejemplar MUY MAL EDITADO, por Dios, es que yo tengo mala suerte, el libro tenía falta de tildes, errores de digitación, sobraban palabras… en fin, la edición de 1994 de TusQuets no debería ser comprada.

Algo muy notorio es que en la sociedad neoyorquina gobierna una lógica de lo implícito, todo esta dicho sin decirse, con una simple mirada pueden decirse cosas que uno jamás diría frente a una multitud, también secretos a voces que solo son desconocidos por aquellos que son objeto de las habladurías: este es el mundo en el que nos pone Edith Wharton, una jungla hecha de cristal, terciopelo e interminables fiestas. He de aplaudir la exactitud y el detalle con el que nos muestran un mundo tan complejo y frágil, donde un simple escándalo puede trastocar toda la paz sobre la cual fue construida, el hecho de que un familiar pueda manchar la reputación de toda una familia no es de extrañar, y el rechazo de alguien caído en desgracia se aplaude.

Con este mundo nos presentan al joven Newland Archer, un abogado de la alta sociedad quien siempre ha vivido con estos preceptos, sin embargo su contacto con el arte, los1_F5K4CEsNoplYjzdO9GAxbQ extranjeros y variadas líneas de pensamiento hacen que el constantemente se cuestione la funcionalidad de este mundo. Por otra parte está su prometida, la joven y encantadora May Welland, una chica que está completamente alienada en el esplendor, ha sido criada para convertirse en la esposa perfecta, un adorno al cual su marido podrá presentar en cotillones; ambos viven en completa parsimonia cuando a sus vidas aparece Ellen Olenska, la prima de May, una mujer que ha escapado de su esposo y vuelto a Nueva York en busca de su antigua vida, pero será rechazada por los que antes decían ser sus allegados. La única persona que se dedica a protegerla es Newland, quién poco a poco va abriendo los ojos al absurdo en el que vive, enamorándose lentamente de la condesa Olenska. 

El romance entre Newland y Ellen es amargamente tierno, saben que es imposible que ese amor pueda ser, pero no pueden evitar estar juntos. El escarnio publico los separa de la tan ansiada consumación, por lo que la separación es un temor constante entre los dos; por otro lado, está May, quién funge como obstáculo para su prometido, pero sin tener en cuenta que ella misma es de igual forma víctima de la sociedad, teniendo que convertirse en una figura de mármol que debe tener una perpetua sonrisa. 

«-Sí, porque soy obra tuya mucho más que tú obra mía. Soy el hombre que se casó con una mujer porque otra le dijo que lo hiciera.» (p. 205)

La pasionalidad que nos exhibe Edith Wharton es excepcional, no hay puntos muertos en el libro, el sentimiento es constante y la tensión de la cual uno como lector es presa es bastante emocionante, contrariando el pensamiento de que, por el hecho de que la obra cuente un costumbrismo de antaño ha de ser monótono y denso el libro. 

Sin mencionar la edición mal hecha que compré, solo le encuentro un defecto a la novela, y es un GRAN defecto: el final. Es un final, en mi opinión, poco realista e innecesariamente poético que me dejó muy frustrado, es decir ¿Todo este trayecto para… nada? la decepción se hace notar al instante, creo que Edith Wharton es asidua a los finales tristes/insatisfactorios :c, si eso llega a ser cierto realmente no se si quiera seguir leyéndola, no tengo deseos de volver a encontrarme con algo como lo que tuve que leer en «La Edad de la Inocencia». La obra pudo haber sido perfecta, pudo haber sido mejor que «La Casa de la Alegría», pero ese desenlace destruyó todo lo que pudo haber construido en sus páginas.

«Archer se encontraba cara a cara con el temido argumento del caso particular. Ellen Olenska no era como ninguna otra mujer, él no era como ningún otro hombre; por consiguiente, su situación no se parecía a ninguna otra, y no respondían ante más tribunal que el de su propio juicio.» (p. 256)

4/5 puntos. 

¿Lo mejor?: La historia, los personajes.

¿Lo peor?: El final.

Mi Edición: 

La Casa de la Alegría – Edith Wharton

unnamedTítulo original: The House of Mirth.

Autora: Edith Wharton (Estados Unidos).

Número de Páginas: 384 Págs.

Formato: Físico, tapa dura con sobrecubierta.

Editorial: Alba.

Argumento (extraído de: http://www.albaeditorial.es)

Huérfana a los diecinueve años, Lily Bart es acogida por una tía en el seno de los más antiguos clanes de la sociedad neoyorquina. Diez años después, aún no se ha casado, y ni su exigua renta personal ni la generosidad condicional de su protectora han hecho nada para favorecer su independencia. «Una chica no tiene más remedio, un hombre sólo se casa si quiere»: la crudeza de este axioma acaba imponiéndose a cierta edad, y Lily, hermosa, inteligente, con clase, educada para «ser un adorno», se ve empujada al mercado del matrimonio. «Incapaz de casarse por dinero, pero igualmente incapaz de vivir sin él», aspira a «una situación en la cual la actitud más noble fuera también la más fácil». La complejidad de su deseo no se ajusta a la realidad de sus oportunidades, y Lily irá poco a poco extraviándose y descendiendo en un mundo de feroces convenciones secretamente regido por la manipulación, el desafecto, el engaño y el chantaje.

Leí este libro para El Club Pickwick. No había vuelto a participar en este club de lectura house-of-mirth-9781982141790_lg(por falta de tiempo y porque algunas lecturas no me parecían muy interesantes), y en parte el no hacer parte de esa comunidad tan bonita me pesaba en la psiquis, entonces vi la votación de marzo (La Casa de la Alegría y Las Amistades Peligrosas), si bien no quería que ganara Wharton decidí leer ambas obras, aprovechando la cuarentena actual.

Lo único que yo sabía de Edith Wharton era La Edad de la Inocencia, por la película, y de hecho pensaba que esa sería la lectura asignada, por esto de que están sacando las ediciones especiales de RBA, pero parece que no, así que saqué el libro de la biblioteca y me puse a leerlo, sin muchas expectativas para ser sincero, pero me fascinó.

«Lily era de modo tan manifiesto víctima de la civilización que la había procreado que incluso los eslabones de su pulsera parecían esposas destinadas a encadenarla a su destino.» (p. 17)

Algo que me di cuenta nada más comenzar la historia es que hay tintes medio «austenianos» en la pluma de Edith Wharton, pero esto solo se limita a la ironía y crítica social, y es natural, teniendo en cuenta que los contextos de ambas mujeres son muy distintos. Pero otra cosa similar es que ambas escribían sobre su entorno, la vida que las rodeaba (creo), y es natural que este detalle nos haga notar que el análisis del Nueva York de antaño sea uno de los temas centrales en los que la autora ocupa su pluma.

En la novela hay una cita (que olvidé marcar, por desgracia) que puede retratar muy bien la novela: la aristocracia neoyorquina es un cielo lleno de constelaciones, peroMV5BNjI3OGE0MjUtNzE2Yi00NzFmLTgzNjQtNTA1MzI3YzQ3NDdmXkEyXkFqcGdeQXVyMTk3NDAwMzI@._V1_ Lily Bart es una estrella que cae en desgracia del firmamento. Esta poderosa imagen, de carácter elegíaco es un buen resumen del libro si tuviéramos que comprimirlo en una frase; Lily, bella y encantadora, pero rozando los treinta con la punta de los dedos, vive una vida de opulencia apacible, pero en lo más profundo de su ser, existe la ansiedad del mañana, ¿Qué va a pasar con ella? el dinero, tema central de la obra es un martillo que va haciendo mella en la paz de nuestra heroína, es el factor que propiciará su caída del sector patricio para el que fue educada.

Edith Wharton logra una protagonista que, durante las primeras páginas podríamos comparar con la trepadora Rebecca Sharp, personaje principal de La Feria de las Vanidades, de W. M. Tackeray, sin embargo no tarda en mostrar una humanidad tan real que, personalmente, me pareció imposible odiarla, tiene virtudes, y defectos, defectos que son muy notorios, pueden exasperar al lector pero su carisma, junto a la necesidad de ver su bienestar consiguen que la apreciemos, es una mujer demasiado buena para la sociedad en la que vive, sin duda le falta malicia, puesto que aunque lo sabe, quiere pensar que sus allegados no la ignorarán si baja de escalafón social. Pobre de ella.

«¿No comprende -prosiguió- que sobran hombres para decirme cosas agradables y que lo que necesito es un amigo que no tema espetarme las desagradables cuando me convienen?» p. 19

Los personajes están muy bien construidos, sobre todo las mujeres. No creo posible que comiences odiando a uno de ellos todo el libro sin alteraciones sobre tu parecer, es decir, puedes detestar a, por ejemplo, Bertha Dorset desde el principio hasta el final, pero no puede ser que en algún momento no haya un cambio de percepción, puesto que la gente no es blanca o negra, se trata de una escala de grises que, aunque la distinción de aliados y enemigos de Lily es muy marcada a partir de la mitad, no cae en el simplismo. De la misma forma, pese a que hay variedad de pretendientes en los cuales Lily Bart centra su atención, y al haber un interés amoroso constante, no se cae en triángulos amorosos, los otros hombres se convierten en medios para un fin, el cual siempre es mantener su posición social, pero Lawrence Selden, el principal, siempre va a mantenerse como un «pretendiente imposible», él como personaje es muy complejo, AnotherCountry_TheHouseOfMirth_03-1-1600x900-c-defaultentre los dos hay una constante atracción pero el gran impedimento es la necesidad de la joven en casarse con alguien rico, sin mencionar que Selden, en su cabeza, es inconcebible que alguien como Lily Bart pueda tener interés en un abogado con menos ingresos, pero la cuestión y gran problema es que ella rechaza un matrimonio por conveniencia, siempre termina rechazando estas proposiciones porque en su lógica prima el amor antes que la necesidad, por más que sufra por ello.

«y leyó además en sus ojos la deliciosa confirmación de que había triunfado: de ahí que por el momento tuviera la impresión de que sólo le importaba ser bella para él.» p. 165

El cuestionamiento a los roles de género, como un hombre puede tener una vida licenciosa pero la reputación femenina es brutalmente frágil, es algo evidente en la obra, un simple malentendido o un rumor malintencionado puede destruir la imagen de una dama en esa sociedad, y en consecuencia, el rechazo de quienes la rodean. Este conflicto no solo le pesa a Lily Bart, sino a otros personajes femeninos que viven con la tensión de que se sepan sus secretos. En consecuencia nacen intrigas, ataques y chantajes entre mujeres que saben una u otra cosa de la otra, en temor de revelar el misterio, guerras por el simple hecho de sobrevivir. 

«¿Que podían uno y otra saber de su pareja, si su deber de hombre «decente» le obligaba a ocultarle su pasado, y el de ella, como muchacha casadera, consistía en no tener un pasado que ocultar?» La edad de la inocencia, Edith Wharton. 

Un tema importante en la obra es el de las enfermedades mentales. Lily Bart sufre depresión, si uno conoce bien estos trastornos es algo muy evidente: el mundo sigue su curso, las personas viven sus vidas con normalidad pero uno se queda estancando en sus propios pensamientos que progresivamente van haciendo más daño, le damos más importancia a cosas que se pueden superar pero la ansiedad de hacerlo desesperadamente es mayor a la paz. Lily sabe que tiene opciones para sobrellevar su situación, pero al mismo tiempo reconoce que ha sido criada para ser un adorno que enseñar en fiestas y recepciones, esta situación tan problemática es un freno que hace que vaya cayendo aun más en el abismo. 

«Ella también se sabía a sí misma de memoria y estaba harta de su personaje. Había momentos en que deseaba con fuerza algo diferente, algo extraño, remoto e inexplorado, pero los juegos más audaces de su imaginación no pasaban de representarla en su vida habitual como un decorado nuevo. No podía imaginarse más que en un salón, emanando elegancia como una flor emana perfume.» p. 123

Por último, la forma en la que Edith Wharton escribe es elegante, muy costumbrista en sus formas (algo que se agradece), si bien hay párrafos largos, de hasta una página, cosa que puede fatigar al lector, también se complementa con escenas de diálogo que funcionan como un descanso; los capítulos no son largos, la pluma de la autora es tranquila, no muy compleja y sin excesivas descripciones.

Es un buen libro, la emocionalidad es fuerte y la empatía que uno genera por los personajes es exquisita. La historia se sostiene por si misma, es decir, no depende de un misterio para funcionar (leí el final por accidente), es interesante saber que pasa, porqué pasa, sin mencionar los detalles de costumbre que nos relata la autora. 

¿Lo mejor?: La crítica social, la construcción de personajes y la historia en sí.

¿Lo peor?: Nada que resaltar.

Mi edición: 

Ocaso y Aurora – Matilde Cherner

978958428460Título Original: Ocaso y Aurora (España).

Autora: Matilde Cherner (Rafael Luna).

Número de Páginas: 219 págs.

Formato: Rústica con solapas (Editorial Planeta).

Argumento: 

Ocaso y Aurora narra la historia del Conde de Frigiliana, un hombre que, habiendo sufrido incontables penas para su corazón, ha decidido dedicar todas sus energías a la protección del legado de los Habsburgo, casa del linaje austriaco que reinaba en España. Ahora el último vástago de esta familia se muere, el rey Carlos II no ha dejado descendencia y la nación corre peligro de ser desmembrada por las codiciosas manos del Sacro Imperio Romano y el rey francés Luis XIV. Es entonces cuando el conde, aprovechándose de una impensable oportunidad, creará un complot con el que podría salvar el destino de Francia, sin saber que se encontrará con los fantasmas de su pasado. 

Planeta ha decidido tomar la decisión (no se si sea la más sincera, pero bueno) de publicar obras de mujeres que usaban seudónimos masculinos, pero ahora con sus nombres reales, con el propósito de «reivindicarlas»; es necesario, si, darle a las mujeres la voz que en el pasado se les era negada, y me llamó la atención la colección (de, por ahora, cuatro libros), más que nada porque son autoras difíciles de conseguir a buenos precios y las ediciones son físicamente bonitas, pero es muy obvio que a las editoriales poco les importa la empoderación de la mujer si esto no les proporciona ganancias. 

Con estos prejuicios, me adentré a esta novela.

Bueno, pues, la novela, me parece, argumentalmente está dividida en dos grandes partes portada_ocaso-y-aurora_matilde-cherner-rafael-luna_201912301253mediadas por dos personajes con un mismo nombre: Margarita; la historia de la primera Margarita comprende el prefacio de la novela, es un relato completamente romántico, donde Matilde Cherner deja ver un poco las influencias literarias que la preceden (un ejemplo de esto es el Siglo de Oro) mediante corrientes estilístico-temáticas. Y bien, siendo un prólogo esta historia, donde conocemos la juventud del Conde de Frigiliana es meramente introductoria para poder justificar los sucesos posteriores. Su lectura es muy amena y si uno es enamoradizo va a disfrutar mucho, aunque, como es mi caso, si ya estás acostumbrado a la narrativa «clásica» y sus tropos, si es muy predecible. El final del prefacio termina como podría hacerlo una novela gótica de aventuras, como las de Radcliffe. 

«El rey se muere».

El tema de los complots de la corona no es algo que yo haya leído, por lo que me sentí bastante interesado por el manejo que se le pueda dar a algo tan fascinante como lo 5382aabd-81ee-48ee-9ebd-b54dc8fea5ac_318pueden ser las intrigas cortesanas, y tengo que aplaudirle a la autora el dominio tan bueno que tiene de la historia española, aunado a esto que lo describe sin suponer que ya lo sabemos, de tal manera que se convierte en lo mejor que puede tener la novela, pues con ternura nos cuenta la vida de Carlos II, el hechizado, quien fue el último descendiente de los Austrias en España, siendo un rey constantemente enfermo, con problemas mentales y una clara incapacidad para gobernar a causa de la endogamia de sus antepasados, pero se mantuvo en el trono más de treinta años. Matilde Cherner nos revela un lado humano que la historia tiende a esconder, así como las terribles leyes sociales que imperaban en la corte de España; los capítulos que hablan del rey son los mejores, y el libro se sostiene sobre la historia nacional de Cherner.  

Para alguien que le interese la degeneración del linaje de los Habsburgo en España, y en general el Siglo de Oro, sabrá apreciar muy bien este tipo de literatura.

«El semblante dulce y bello de esta amable princesa quedó indeleblemente grabado en el alma de Carlos, y él era la única estrella de consuelo y protección, que velaba en la oscura noche de su lenta agonía» (p. 143)

Algo que uno se da cuenta, conforme avanza la novela, es que el argumento (sinopsis, personajes ficticios, etc.) es solo una excusa para contarnos como comenzó la decadencia de España, un país que siempre ha estado entre crisis desde hace siglos, hasta la actualidad. El libro es muy patriótico, incluso legándole un capítulo entero a una alabanza sobre las mujeres españolas; se crítica a que punto se ha llegado después de tiempos de esplendor y poderío, como una nación que era dueña de dos mundos terminará irremediablemente en manos de la dinastía de los Borbones, quienes gobernaban Francia. Entonces, Matilde Cherner nos está declamando una elegía a España, su esplendor ya borrado y ahora el temor por un futuro incierto, el ocaso de un imperio, y la aurora de un nuevo futuro, no hay que olvidar que en las décadas posteriores a su publicación (1878) España perdería a Cuba y las Filipinas, momento en el que habría perdido por completo su estatus de imperio; ahora bien, en su afán de cumplir todos estos propósitos ya mencionados en el texto, la autora descuida la historia que hizo para ambientar estas explicaciones: la creación de personajes no es Actualidad_468964786_145974898_1024x576buena, los personajes femeninos son un exactamente iguales, se llaman igual, salvo unas contadas excepciones, pero siempre son mujeres castas, inocentes y puras, y con los hombres pasa algo similar, ya que se convierten en filósofos de la dignidad. En cuestión del plot, realmente es tan predecible que la autora lo reconoce y juega con ello, pero por mi parte, estos defectos del texto me dieron mucha risa, se me hizo muy ameno leer situaciones que eran a todas luces inverosímiles, como de telenovela; digamos que ella trata de normalizar la sexualidad antes del matrimonio, y toca con pinzas el tema del incesto, pero poco más. El final es ¿satisfactorio? o sea, en cuestión de sucesos históricos no se deja mucho a la imaginación, todo transcurre entre 1680 y 1700, la obra se publica ciento setenta y ocho años después, pero ya en el ámbito de lo ficticio es un final sencillo, todos los cabos se atan y debemos estar contentos. 

Sin ánimos de juzgar muy feo una obra, creo que el valor de Ocaso y Aurora es el propósito patriota que tiene, junto con la exquisitez de narrativa histórica de la cual se vale la autora, que es de hacerle una ovación en ese aspecto, pero no creo que vuelva a leer algo de ella, ora porque casi todas sus obras se perdieron, ora porque realmente me gustó el libro, pero no me parece inolvidable. 

¿Lo mejor?: el trabajo histórico y su facilidad de lectura.

¿Lo peor?: La mala construcción de personajes.

4/5 puntos, recomendable si te interesa la historia de España o un romance de época muy cursi.

Mi edición: 

 

La Pureza y Pecado… «Tess, la de los D’Urberville»

9788420675305.jpgTítulo Original: Tess of the D’Urbervilles: A pure woman faithfully presented.

Autor: Thomas Hardy

Número de Páginas: 528 Págs

Género: Romance

 

Tess, la de los D’Urberville retrata la vida rural del sur de Inglaterra a través de la figura de la protagonista, descendiente de una familia aristocrática empobrecida. Forzada por un aristocráta y condenada por una sociedad de moral estricta, Tess se rebela contra el destino que se le impone guiada por su innata independencia, su incapacidad de comprender el doble rasero con el que se juzga la conducta de los sexos y, sobre todo, por sus deseos de alcanzar la felicidad.

Vi la película protagonizada por Natasha Kinski y dirigida por Roman Polanski, en ese momento empecé a sentir la necesidad de leer el libro, primero lo descargué en mi Kindle pero al poco tiempo abandoné la lectura (Odio los libros extensos en digital), luego, con dificultad conseguí la edición más nueva con Alianza editorial, pero lo volví a dejar, no fue sino el mes pasado cuando me decidí a leer Tess, pues es uno de mis propósitos de lectura.

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«-¿Dijiste que las estrellas eran mundos, Tess?

-Si, hombre.

-¿Lo mismo que el nuestro?

-¡Hombre! No sé tanto, aunque creo que sí. Algunas veces parecen manzanas. Casi todas sanas y en sazón. Aunque hay alguna que otra picada.

-Y el mundo en que vivimos nosotros, ¿Está sano o picado?

-Picado, Abraham.

-Pues es una lástima que habiendo tantos no nos haya tocado en suerte otro mejor.

-Sí que lo es, tienes razón.

-¿Es cierto que es así Tess? … – Y si nos hubiera tocado otro sano, ¿Qué habría ocurrido Tess?

-Pues que padre no tosería ni andaría a rastras como anda, ni hubiera cargado tanto la mano en la cerveza como para no poder hacer este viaje. Y madre no tendría tampoco que estar siempre lavando, que no acaba nunca.

-¿Y entonces tú hubieras sido una señora rica sin necesidad de casarse con nadie?

-Mira Abraham…, no hablemos más de eso…»

Teresa «Tess» Durbeyfield es una joven de dieciséis años que vive con su familia en Marlott, un pueblo relativamente pobre, los padres de la joven son alcohólicos y ella tiene que cuidar de sus hermanos menores, pero todo cambia su rumbo cuando el pastor del pueblo le revela a John Durbeyfield que desciende de la casta noble D’Urberville y, aunque el sacerdote de Emnister le advierte que no le servirá de nada ser un noble arruinado, el y su esposa Joan, mandan a su hija mayor,

file-20170517-30098-1iw89z0.jpgTess a ir con una anciana de mismo apellido para ser reconocidos en nobleza para mejorar su status quo. Al llegar a la mansión de la anciana se encuentra con su hijo, un seductor de malas formas llamado Alec de D’Urberville, quien en un giro de sucesos acaba violando a Tess, quien al ahora ser una mujer impura se verá sometida a ser juzgada por la sociedad, obligándola a guardar silencio al encontrar a su verdadero amor, fingiendo ser una mujer pura…

A ver, a ver… este libro me ha destrozado mi pobre e impuro corazón, lo empecé a leer y me di cuenta de que llevaba un ritmo relativamente lento, la novela empieza justo cuando el sacerdote le dice al padre de Tess que es un D’Urberville, y el muy idiota alquila un coche y

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 se va a embriagarse (como siempre) con motivo de su nuevo descubrimiento. A todo esto su mujer va a buscarlo y vemos que en realidad es una mujer deprimida, que busca salir de su realidad en la bebida, pues siendo Tess consciente de esto jamás reprocha su proceder, pero lo hace con su padre.

Desde un principio Tess tuvo las de perder, su padre es un borracho ausente y su madre en cierto punto es una manipuladora, ocultándole a Tess cosas que, si las hubiera sabido, muchas de las desgracias que ocurrieron en el libro se pudieron haber evitado; En un desafortunado accidente

 

Tess mata al caballo de la familia (El principal sustento) y tiene que trabajar con gallinas en Trandrige, el hogar de Alec, y bueno, desde el principio Tess sabe (o, por lo menos siente) que Alec no es de fiar, se comporta cortante e incluso grosera con el pero el no desiste, en fin, el resto es historia, Tess regresa a Marlott, deshonrada y embarazada, mal asunto.

«Pero al cabo de algún tiempo decidió el joven dedicarse a leer, pero no en los libros, sino en la naturaleza humana»

Thomas Hardy tiene una forma extremadamente estética de narrar, se va mucho por las nubes y las metáforas y pensamientos filosóficos, su pluma es demasiado bonita pero lo es tanto que llega a un punto en el que cansa y te dan ganas de abandonar, pero al final hay puntos donde la lectura es en extremo atrapante y en los últimos capítulos, por lo menos yo no podía dejar el libro, el final es impactante para quien no sepa nada de la obra, los dos últimos capítulos me impactaron y lo ojos se me aguaron, por poco no lloro y volvió en mi la costumbre de hablar solo al leer ¡Este libro me hizo mucho daño! Para empezar, Angel Clare es un patán hipócrita, abandona a

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Tess y la hace pasar horribles penurias, pero lo más sorprendente es que por lo menos para mí, Alec pudo reivindicarse con mi corazón, por lo menos en una parte al arrepentirse de todo el daño que Tess le hizo, y bueno… si bien su final era bien merecido pero, Tess fue muy terca, entiendo todo eso de la dignidad pero si estuviera en su papel me hubiera ido con Alec, osea ¡Se preocupaba por su familia y el bienestar de todos! Eso y lo guapo que estaba…

Solo quiero decir que Angel jamás merecerá a Tess, y el final con Liza Lu, aunque para mí es algo satisfactorio (Extremadamente triste, pero nada de finales abiertos), muy romántica la etapa final en el templo se Stonehenge, mi primer libro con Thomas Hardy puede resumirse con una bomba de sentimientos, sin duda lo recomiendo, es un autor feminista (Para la época, algo sorprendente) excelente, sutil la forma en que denuncia el trato a la mujer pero efectiva al tener la repercusión que tuvo su publicación en 1891 (No lo sé bien, Dios no permita que caiga en un anacronismo), recomendadisímo, no es para cualquiera dado el impacto emocional y la densidad de escritura pero es sin duda una obra de arte y la fama que tiene es sin duda merecida.

Calificación: 5 Estrellas y mis lágrimas con los pedazos de mi corazón…

Calificación 5

 

Reseña a: La Selección – Kiera Cass

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Título Original: The Selection

Autor: Kiera Cass

Número de Páginas: 240 Págs

Género: Romance, Distopía

Saga: La Selección #1

Para treinta y cinco chicas,lLa Selección es una oportunidad que solo se presenta una vez en la vida. La oportunidad de escapar de la vida que les ha tocado por nacer en una determinada familia. La oportunidad de que las trasladen a un mundo de trajes preciosos y joyas que no tienen precio. La oportunidad de vivir en un palacio y de competir por el corazón del guapísimo príncipe Maxon
Sin embargo, para America Singer, ser seleccionada es una pesadilla porque significa alejarse de su amor secreto, Aspen, quien pertenece a una casta inferior a la de ella; y también abandonar su hogar para pelear por una corona que no desea y vivir en un palacio que está bajo la constante amenaza de ataques violentos por parte de los rebeldes.

Al principio me pareció esta historia, al escuchar de su existencia de que era un reality de princesas caprichosas, pero la historia en sí no es así, lo cierto es qufe27e8948882f3e377e72a879cdd2eb0.jpge están esos aires de moda y caprichos, pero hay cosas más importantes como las maquinaciones, los procesos políticos y el romance entre varios personajes.

La historia comienza con America Singer, una joven de dieciséis años de casta cinco (artistas poco conocidos, músicos y pintores independientes), está profundamente enamorada de Aspen Leger , de casta 6 (empleados de limpieza) pero al ser una casta inferior es un romance casi imposible, además su madre la obliga a participar en la selección, donde 35 muchachas compiten para casarse con el príncipe de turno, pero America quiere casarse con Aspen.

Termina siendo seleccionada y Aspen en un ataque de celos la abandona, destrozando su corazón, pero al final se va al palacio, en el viaje conoce a dos chicas, Celeste Newsome, una bruja de casta 2 (Actores, Cantantes y Celebridades) y a la dulce Marlee Tames, su amiga predestinada, de casta 4 (Campesinos), y las tres competidoras de la selección van a el palacio real.

Allí America conoce al príncipe Maxon, pero desde el principio le aclara que solo desea ser su amiga, el joven acepta pues, esta nervioso para la selección y necesita una amiga pero poco a poco se va a cocinar un suave romance hasta que se nos amarga la vida con la aparición de Aspen como soldado protector de la familia real.

Odio a Aspen, no me molesta decirlo, y America es demasiado fastidiosa, Kiera Cass ha creado a la mujer mas chillona e indecisa de todos los libros que he leído, pero a parte de eso, es fácil de leer y no te aburres, Kiera Cass es muy simple y la historia entretiene, dista mucho de ser mi preferida pero si me ha gustado y me ha sorprendido en varias partes, en donde, con amor, golpearía a America contra la pared hasta matarla, pero bueno, la recomiendo si te gustan los suspiros y algo que puedes leer en una sentada o dos.

Mi Calificación: Tres Cures…

3 puntos